¿Vehículos Híbridos o Eléctricos? (Parte 5)

Por Diego Riquero Tournier

Vehículos Eléctricos:

Una vez que entendemos los principales componentes de un vehículo hibrido, es mucho más fácil entender el funcionamiento de un vehículo eléctrico.

El vehículo eléctrico utiliza todos los principios de un Hibrido, con una tremenda simplificación… no tiene motor a combustión (ver figura 8).



Todo depende de la capacidad de almacenar energía en la batería, por lo tanto, todo depende de la capacidad de desarrollo tecnológico en términos de baterías.

La diferencia entre un vehículo hibrido y un vehículo eléctrico, está definida por la autonomía de los mismos; para un vehículo hibrido autonomía no es un problema, en realidad es un diferencial, porque si sumamos la autonomía del motor a combustión con la del motor eléctrico, la mayoría de los modelos de serie llegan a 1.000Km de autonomía; diferente es la situación de los vehículos eléctricos, si bien es verdad que ya existen vehículos que superan los 400Km de autonomía, la media está en el entorno de los 180Km.

Por lo tanto podemos pensar que las dos tecnologías van a continuar coexistiendo por algún tiempo.

Por el lado de los fabricantes, sin lugar a dudas que todas las apuestas están direccionadas para el aumento de la capacidad de almacenamiento de energía y la mejora de la relación peso/Kilowatt hora.

Si pensamos en términos de costos y complejidad de desarrollo de un vehículo 100% eléctrico, la ecuación es totalmente favorable para los vehículos eléctricos, principalmente se pensamos en la complejidad que significa el desarrollo de un vehículo hibrido; y es fácil entender este concepto, solamente considerando la simplificación en términos de componentes (no es preciso instalar un motor a combustión), la tremenda disminución de peso; así como la simplificación de los trabajos de ingeniería de desarrollo y aplicación.

Es importante entender que para que un vehículo híbrido funcione correctamente, son necesarias aproximadamente 75% de horas adicionales de ingeniería para calibraciones y desarrollo de softwares, comparado con el desarrollo de un vehículo 100% eléctrico (este factor en costos, es muy expresivo).

Esto se debe básicamente a la dificultad de programación de funciones que permitan hacer funcionar las 2 tecnologías en sincronismo (motor a combustión y motor eléctrico), al final, el mismo vehículo cuenta con 2 plantas propulsoras que pueden actuar en conjunto o separadas, y saber en qué porcentual tiene actuar cada uno de los motores para todas las gamas de funcionamiento del vehículo, manteniendo la mejor relación, consumo/performance/emisiones, sin lugar a dudas que es un gran desafío.

Como decía al comienzo del artículo, no sabemos cuál será el ganador de esta carrera tecnológica, pero una cosa si sabemos…

Tenemos que prepararnos, si queremos continuar actuando de forma profesional dentro del mercado de servicios automotrices.